Actualmente, en los países más avanzados la industria es la actividad que origina, en buena parte, su com- petitividad a largo plazo. Su efecto arrastre hacia el resto de sectores, el tipo de empleo que genera, su capacidad de innovar y de extender la tecnología que aplica a toda la sociedad, hace de la industria una actividad puntera y esencial para el crecimiento de la productividad de cualquier economía y, en conse- cuencia, para su potencial de crecimiento a largo plazo.
El objetivo de este informe es realizar un análisis de la importancia que tiene el sector industrial en la economía española, sin perder de vista los retos a los que se enfrenta: por un lado, la transformación de los procesos de producción, lo que se denomina “la cuarta revolución o el proceso de digitalización”; y, por otro, el cambio global en el comercio internacional y su efecto en la cadena de valor de los productos exportados. De ahí que una de las novedades de este informe, sea el estudio exhaustivo de la cadena de valor que generan nuestras manufacturas junto con un análisis en detalle de los costes laborales unitarios (CLU). Todo ello, en comparación con los princi- pales países de nuestro entorno, incluidos algunos referentes como EE.UU. y Corea del Sur.
A modo de resumen, se puede señalar que la deslocalización de la producción hacia otros países o la externaliza- ción de algunos servicios, son algunos de los factores que explican la pérdida de peso de la industria manufactu- rera en los países avanzados en las últimas décadas. Con todo, se advierte un parón en este proceso y la industria comienza a ganar protagonismo en algunas economías avanzadas, incluida la española.
En nuestro país, el sector manufacturero tiene un peso del 14% del PIB, según la última información de Eurostat correspondiente a 2016. Además, en los últimos años el peso de este sector se ha recuperado desde los mínimos alcanzados en el periodo 2009-2012 (13,2% del PIB en media). Pero, sin duda, uno de los aspectos más relevantes de esta actividad es su efecto arrastre sobre otros sectores de la economía. Así, cuando se produce un incremento por valor de un euro en la demanda nal del sector manufacturero, conlleva un incremento en el valor de la pro- ducción del conjunto de la economía por valor de 3,11 euros.
En términos de empleo, la industria manufacturera en España concentró el 12,5% del total, lo que supone 2,3 millones de trabajadores, según re ejan los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del año 2016. Hay que destacar la estabilidad y la continuidad de los empleos y el gasto en formación de los trabajadores, que en el sector industrial son más positivos que en la media de la economía. Según la EPA para el ejercicio 2016, el sector industrial presenta un porcentaje de trabajadores con jornada completa (94,5%) y con contratos de trabajo inde- nidos (78,7%) superior a la media del resto de sectores…